Paramotor

Como el vuelo en parapente, pero con motor: esa es la diferencia primordial. ¡A muy grandes rasgos! El impulso que producen el motor y la hélice marcan la diferencia y la práctica. Con el paramotor, podemos despegar desde superficies planas.

Sin apenas ningún espacio. A pie, o con nuestro trike. En monoplaza o en biplaza. No importa. Lo que importa es que el paramotor, gracias a su velocidad ligeramente mayor y sus cuatro horas de autonomía, nos permite recorrer distancias de hasta 200km.

Con facilidad. Sin necesidad de viento ni de térmicas para permanecer en vuelo. Únicamente con una ligera y manejable aeronave propulsada por un motor especialmente diseñado para este uso.

Y así, sin más, solo dando unos pasos, podemos despegar para volar a la velocidad y altura de las aves, volar a ras del agua, deslizarnos sobre la espectacular topografía de Euskadi y aterrizar suavemente en escasos metros.

Algo que, ¡para los amantes de la aviación no tiene precio!